Sin duda una el hallazgo más relevante realizado durante la
excavación de la necrópolis de Respalacios fueron
las
estelas utilizadas para señalizar algunas de las tumbas. No es habitual la recuperación
in situ de los elementos de señalización de sepultura utilizados en la Edad Media, la mayoría han llegado hasta nosotros completamente descontextualizados.
Por una parte, se han podido documentar un número importante de lo que se conoce como "
estelas anepigráficas", colocadas en la cabecera de las tumbas. Se trata de bloques de piedra, habitualmente de forma rectangular o triangular, que simplemente se clava en el suelo a modo de cipo. Reciben el nombre de anepigráficas porque no tienen inscripción ni decoración, aunque es más su forma que esta característica lo que las distingue de las estelas discoideas. Como veremos, hay estelas discoideas que tampoco tienen decoración ni inscripción. En Respalacios se han identificado casi una docena de posibles "estelas anepigráficas".
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Dos tumbas con posibles "estelas anepigráficas" |
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Otras dos tumbas con posibles "estelas anepigráficas" |
Por otra parte, en la excavación aparecieron cuatro estelas discoideas, tres de ellas decoradas. Al margen de su interés para los estudiosos de las estelas medievales (es casi una disciplina propia dentro de la Arqueogía Medieval), lo más destacable es que todas ellas han aparecido en contexto y, lo que es aún más relevante, de una de ellas se ha documentado su posición original. Como recoge J. Menchón en su artículo de síntesis sobre las estelas medievales en contexto, no son muchos los casos que se conocen en la península Ibérica.
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Estela 1 (sin decoración) en el momento de su hallazgo |
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Como se puede apreciar, la Estela 1 no está decorada (Foto: GAEMarqueólogos) |
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Disco de la Estela 2 in situ |
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Estela 2, decorada con una cruz en una de sus caras (Foto: GAEMarqueólogos) |
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Hallazgo de la Estela 3 |
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Estela 3, decorada con una cruz en una de sus caras (Foto: GAEMarqueólogos) |
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La Estela 4 en contexto |
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Estela 4, con decoración en ambas caras (Foto: GAEMarqueólogos) |
El
vástago de la Estela 2 estaba
clavado en su posición original, en la cabecera de la Tumba 55. Era una de esas tumbas de doble cubierta de las que hablamos en la
anterior entrada y la estela quedaba a la vista, al nivel de la cubierta superior. Aunque
el disco apareció desplazado de su sitio, sobre la tierra que cubría la tumba,
ambos fragmentos encajan perfectamente y no hay ninguna duda de que forman parte de la misma estela. Como dato llamativo,
la cruz que decora la estela no quedaba a la vista desde lo que habitualmente consideramos el "anverso", sino que
estaba en la cara contraria a la tumba. No sabemos a qué responde esta colocación, quizá estuviese reutilizada de forma inapropiada, o esa era una forma habitual de colocar las estelas.
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Tumba 55, con el vástago de la Estela 3 clavado en la cabecera |
Para establecer una cronología de estas estelas nos encontramos con los mismos obstáculos que a la hora de determinar el momento en el que estuvo en uso el cementerio. No disponemos de dataciones de Carbono 14 y sólo podemos establecer hipótesis a partir de paralelos formales que, en muchos casos, tampoco están fechados con seguridad. Fueron talladas y utilizadas entre los siglos VIII y XII, sin que sea fácil hacer mayores precisiones. Algunos rasgos característicos, como las molduras del perfil del disco, presentes también en una estela de El Conventón de Rebolledo, permiten suponer que son de un momento temprano de la Alta Edad Media.
Hasta aquí llega de momento la serie de entradas dedicadas a este extenso cementerio medieval. Los resultados de esta excavación están recogidos en el artículo "Actuaciones arqueológicas en la ermita y la necrópolis medieval de Respalacios (Villordún, Cantabria)", publicado en la revista Sautuola.
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