El otro día, pensando una vez más en los dichosos "descarnadores-ceñidores-loquesean" y en la pizarra figurada de San Vicente de Río Almar, me vinieron a la mente algunas preguntas (quienes no conozcan la historia pueden seguirla, por orden, aquí, aquí y aquí).
Dibujo de la pizarra de San Vicente de Río Almar (según Santonja y Moreno, 1991-92)
¿Y si la figura que monta el caballo no fuese una mujer ni lo que cubre su cabeza una cofia?
¿Y si la escena representada no fuese la de la mujer sentada sobre la bestia escarlata, sino otra?
¿Y si esa escena también fuera apocalíptica? ¿Y si tanto el jinete como su acompañante tuvieran nombre conocido?
¿Y si el "ceñidor" antiguamente conocido como "descarnador" no fuese un elemento de la indumentaria al uso? ¿Y si esa fuera la causa de que la inmensa mayoría de los recuperados en actuaciones arqueológicas lo hayan sido en contextos de un tipo muy concreto?
Las respuestas a algunas de estas preguntas ni son fáciles de encontrar ni lo suficientemente rotundas como para zanjar el debate, pero sí que permiten perfilar las líneas generales de una interpretación bastante sugerente en mi opinión. Aunque no sea definitiva ni de lejos.
En breve, la primera de esas respuestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario