16 dic 2013

Riocueva 2013, episodio 18: en la línea de flotación

Seguimos con los trabajos de post-excavación. El sábado tocaba flotar. Yo sé que muchos de los lectores habituales del blog no saben de qué va esto y están muy intrigados. No sé si con lo que vean aquí se van a cumplir sus expectativas o, por el contrario, va a desaparecer la magia. La flotación es una técnica de procesado de sedimento que permite recuperar con facilidad los macrorrestos vegetales presentes en el yacimientos arqueológico. Se llama así porque, al sumergir el sedimento en una cantidad suficiente de agua, los restos vegetales literalmente "flotan" y eso hace que se separen de la tierra, las piedras, los huesos, la cerámica y demás contenido del sedimento, que no flota. Así, en teoría, parece fácil. El único inconveniente para no hacerlo en casa es que, al margen de que lo pondríamos todo perdido, es que el proceso se optimiza y se agiliza utilizando una "máquina de flotación".

La "máquina" en cuestión
Por fortuna, nos han prestado temporalmente las instalaciones del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria en Omoño (Cantabria), máquina de flotación incluida. Y, como no, Inés, la arqueobotánica que colabora con nuestro proyecto "se ha ofrecido voluntaria" para dirigir la operación (gracias, gracias, gracias). El día amaneció soleado y eso hizo más llevadera la tarea. No pudimos terminar con todo lo que teníamos previsto, pero estuvimos muy cerca.

Todo el equipo (menos el que hace la foto) manos a la obra
Por no aburrir con los detalles, diré que la operación es simple. Se llena el bidón de agua y se coloca dentro una malla fijada con unas pinzas (rudimentario, pero efectivo) para que la tierra que se vierte dentro no se vaya al fondo. Bajo la vertedera del bidón se coloca otra malla, mucho más fina, que será donde se depositen los restos que flotan, trocitos de carbón o semillas carbonizadas, habitualmente. Y así, bolsa de tierra tras bolsa de tierra, hasta completar la veintena larga que hemos desplazado desde la cueva hasta el almacén del IIIPC. Con imágenes se entiende algo mejor...

Echando la tierra dentro de la máquina
El agua va rebosando y depositando en la malla fina todo lo que flota
Si se mira con atención, se ven los trocitos de carbón y las semillas arrastrados por el agua
Lo que no flota se va al fondo del bidón y se recoge para seleccionar su contenido cuando esté seco
La verdad es que el resultado es esperanzador. En algunas de las muestras se veían semillas carbonizadas a simple vista. Hasta ahora en Riocueva han aparecido bastantes restos, siempre del mismo tipo de cereal: panizo (Setaria italica) y mijo (Panicum miliaceum). Esperamos que los restos de la flotación aporten alguna novedad interesante. Es la primera vez que se hace un muestreo sistemático con flotación en un yacimiento arqueológico de esta época en Cantabria. Suele ser habitual flotar sedimentos de niveles prehistóricos y cada vez son más los yacimientos de cronologías posteriores que incorporan este procedimiento, muy útil para la reconstrucción del paisaje vegetal y de las actividades económicas de cualquier etapa del pasado. En el caso de Riocueva, el asunto va más allá, ya que tratamos de averiguar el papel simbólico de los macrorrestos vegetales en el depósito sepulcral. Ahí es nada...  Sospechamos que el cereal que hemos encontrado y que esperamos encontrar está relacionado con la alimentación de las personas que fueron enterradas en la cueva, pero también con otro tipo de costumbres. Próximamente, los resultados.

3 comentarios:

  1. Se te ha olvidado decir que la flotación del sedimento, al menos una muestra por UE, debería incluirse en todo proyecto de intervención arqueológica, no importando el periodo ni el tipo de sitio, siguiendo vuestro ejemplo ;-)

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  2. Bueno... tanto como seguir nuestro ejemplo... Lo mismo si no hubiese salido la primera "pelota" de "pamijo", ni nos lo hubiésemos planteado, pero es verdad que tendría que darse más importancia a los estudios arquebotánicos. Mira la parte positiva: somos pioneros y tus estudios van a a ser los primeros sobre macrorrestos vegetales tardoantiguos y altomedievales de Cantabria. Ahí es nada.

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  3. Arrepentidos los quiere dios. Y nosotros nos arrepentimos pronto de nuestra "negligencia" y conseguimos obtener un montón de información (y la que queda) que, de otra forma, se nos habría escapado. También es cierto que la colaboración de Inés ha sido más que fundamental y que sin ella no estaríamos hablando aquí y ahora de este tema, porque ni siquiera habríamos flotado (ya lo dijo alto y claro Enrique en la entrada, pero no está de más repetirlo: gracias, gracias y más gracias). En cualquier caso, si haber flotado y haberle dado publicidad sirve para que la costumbre se vaya extendiendo más acá de la arqueología prehistórica cántabra creo que habrá merecido aún más la pena que si sólo pensásemos en nuestras excavación y proyecto y en los importantes datos que estamos obteniendo gracias a esta técnica (que también).

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