Hace ya unos cuantos años nuestro colega, y sin embargo amigo,
Joseba Rios nos hizo llegar unas fotos de un par de fragmentos de cerámica, cubiertos por una gruesa capa de concreción caliza, que había encontrado en la
cueva de Arlanpe (Lemona, Vizcaya). Estaba excavando en esa cueva unos interesantes niveles paleolíticos y esa
cerámica, que a él le parecía
romana, no cuadraba con el resto del yacimiento. Y efectivamente, era romana... Sólo con ver la foto la identificación era sencilla, a pesar de estar "enmascarada": un cuenco de
terra sigillata hispánica de la forma 37 tardía con decoración de grandes círculos que se podía fechar en torno a los siglos IV-V d. de C.
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Cerámica romana de Arlanpe antes (izq.) y después (dcha.) de su limpieza |
Lo que en principio era una simple consulta, se convirtió en una
colaboración formal, y José Ángel y yo acabamos incorporándonos al equipo de investigación del proyecto. Para animar más la cosa, el equipo recibió la
beca de la Fundación Jose Miguel de Barandiaran en 2010. Lo cierto es que nos interesaba mucho conocer de primera mano cómo y por qué se usaron las cuevas en el País Vasco durante la época bajoimperial romana. Teníamos la esperanza de que el registro arqueológico de nuestros
vecinos nos ayudase a entender mejor los yacimientos en cueva de Cantabria de época visigoda y medieval, pero de momento no hemos encontrado ninguna conexión significativa.
El caso es que nos liamos la manta a la cabeza y acabamos
estudiando todos los materiales de época romana recuperados en la cueva: cerámica, vidrio, objetos metálicos, etc. recuperados durante las campañas de excavación realizadas hasta la fecha. Incluso nos atrevimos a visitar la cueva, y digo "incluso" porque hay que subir, trepar, engancharse para pasar una cornisa... vamos, que no es fácil.
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La cueva en cuestión |
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Olla de cerámica común |
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Fragmentos de vidrio decorados |
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Cuchillo de hierro |
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Cuchillo de hierro (el mismo de la foto anterior) y punzón |
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Herrajes de bronce de una posible caja de madera |
La mayor parte de los materiales de época romana habían sido depositados en
dos pequeñas fosas excavadas en el suelo de la cueva y vueltas a rellenar una vez que cumplieron su función. En un principio pensamos que algunos restos humanos dispersos aparecidos en la cueva podrían tener que ver con el episodio de uso en época romana, pero su datación por
14C determinó que correspondían a sepulturas de la Edad del Bronce. No fue, por lo tanto, una cueva sepulcral de época romana. Es probable, sin embargo, que esos restos humanos participasen en las actividades llevadas a cabo por quienes cavaron las fosas. Según nuestra interpretación del yacimiento, se trataría de "fosas de ofrendas" relacionadas con algún tipo de
ritual mágico-religioso de origen pagano. En ese ritual se depositaron recipientes de cerámica, de vidrio y una cajita de madera con herrajes metálicos, y se desarrollaron actividades de más compleja interpretación: se descuartizaron animales o piezas de carne, como atestigua la presencia de un cuchillo carnicero y huesos con marcas de corte, y quizá se escribió alguna cosa con el punzón de hierro hallado. Incluso los restos humanos prehistórico pudieron tener algún significado en el asunto. ¿Por qué todo esto se hizo en una cueva? Puede haber múltiples razones. Por un lado, el ritual podría estar relacionado con divinidades
ctónicas, más fáciles de "contactar" en el medio subterráneo. Por otra parte, si para el desarrollo del ritual eran necesarios huesos humanos, una cueva era un sitio muy apropiado para encontrarlos. Además, en un momento en el que la pujanza del cristianismo era cada vez mayor, es comprensible que se buscase un lugar tan escondido para realizar este tipo de actividades. Sabemos que muchas de las ideas que manejamos pueden ser consideradas más como
conjeturas que como auténticas hipótesis, pero son lo suficientemente sugerentes como para exponerlas y compartirlas.
Fruto de esta colaboración "vecinal", hemos publicado un
artículo sobre el uso de la cueva de Arlanpe en época tardorromana en
Archivo Español de Arqueología en el que recogemos con más detalle descripciones e interpretaciones. A finales de año estará disponible, además, la monografía que recogerá los resultados de las investigaciones patrocinadas por la Fundación José Miguel de Barandiarán.
¿Cómo que conjeturas? Si es el nuevo paradigma, jejeje
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