8 oct 2012

Quidam in regione Cantabriae Mauranus nomine...

Llegados a este punto en la vida del blog (y del Proyecto), con más de 10.000 visitas ya, creo que ha llegado la hora de contar la historia de quien le ha dado nombre y el porqué de su elección. Para aquellos poco familiarizados con las fuentes escritas tardoantiguas en las que se menciona a Cantabria o a los Cántabros, hay que decir que Mauranus es el protagonista cántabro de un milagro (post-mortem) de San Martín, ocurrido presuntamente en el siglo VI d. de C. y contado por Gregorio de Tours en su hagiografía del santo compartidor de capas con los pobres. La historia (sacada de aquí y en un perfecto latín) es como sigue:

40. De Maurano muto. (VMIV40) 40. Quidam in regione Cantabriae Mauranus nomine mane a lectulo consurgens, dum de domo egreditur, visum est ei quasi ab aliquo percussus fuerit in cervicem. Qui protinus ruens in terram, factus est tamquam mortuus, ac per triduum solo spiritu vivens, tamquam mortuus putabatur. Quarta autem die apertis oculis, nihil poterat loqui. Ablata enim ei fuerat fandi facultas. Auditis enim beati Martini miraculis, unum triantem nautis porregit, innuens cum supplicatione, ut eum ad beati antistitis templum deferrent. Quibus abeuntibus, ille ad domum suam reversus, vidit ante pedes suos aureum in similitudine triantis. Quo adsumpto pensatoque, unius solidi appensus est pondere. Quod ille cernens, dixit intra se: 'Reddidit mihi virtus beati Martini meritum pro fenore, quod eius templo direxi'. Et accensus desiderio, voluit in unam atque aliam navem conscendere, sed a parentibus est retentus. Reperta autem tertia nave, retenere penitus non potuit. Qua ascensa, cum inpellente vento altum mare ingressi fuissent, os eius virtus sancti antistitis reseravit. Qui, extensis ad caelum manibus, locutus est, dicens: 'Gratias tibi ago, omnipotens Deus, qui me hoc iter sulcare iussisti. Iam enim, priusquam templum sancti tui videam, eius beneficiis sum refertus'. Quibus navigantibus, Burdigala urbe adpulsi sunt; egressusque hinc de navi, ad basilicam sancti accedens ac votum suum exsolvens, quae scripsimus ab ipsius ore relata cognovimus.

Una versión al castellano del texto (libre pero bastante fiel, aunque esté feo que lo diga yo) sería la siguiente:

[Sobre el mudo Mauranus] Un tal Mauranus, de la región de Cantabria, al ir a salir de casa un día por la mañana cayó fulminado y quedó como muerto. Estuvo comatoso tres días y al cuarto, cuando despertó, resulta que había perdido el habla. Como se ve que no le gustaba nada lo de ser mudo y habiendo conocido la fama de milagrero que tenía San Martín (de Tours), intentó acercarse a la iglesia en la que estaban sus reliquias. Para ello fue a comprar un pasaje en un barco, pero no le llegaba el dinero y tuvo que volverse a su casa, con tan buena suerte que en el camino se encontró una moneda de oro muy gorda. El segundo intento de viajar a Francia lo frustró su familia, pero a la tercera consiguió embarcarse rumbo a Burdeos y, al rato de hacerse a la mar, recuperó el habla (gracias a la intervención divina, por supuesto). Siguió su viaje, llegó a la iglesia del santo (supongo que en Tours), cumplió su voto e incluso se lo contó al propio Gregorio, que estaba por allí. Y colorín, colorado, el cuento de Mauranus se ha acabado.

Parece una historia sin demasiada importancia, pero si hacemos una lectura atenta enseguida descubrimos que nos está dando un montón de información útil acerca de la Cantabria de época visigoda. Por partes:

- que Cantabria, en el siglo VI y tuviese la extensión que tuviese, tenía costa (al contrario de lo que siguen afirmando algunos investigadores, que para esas fechas la circunscriben al sur de la Cordillera y dejan la costa "pa prau")

- que en esa costa había puertos que seguían habitados (esos núcleos de origen romano que muchos consideran completamente abandonados para esas fechas porque hasta hace muy poquito no se han empezado a identificar contextos y materiales del siglo V d. de C. en adelante)

- que a esos puertos llegaban regularmente barcos que navegaban desde la costa atlántica francesa (siguiendo con toda probabilidad la misma ruta comercial inaugurada tras la conquista romana y caracterizada por la navegación de cabotaje entre el sur de Francia -Burdigala- y Galicia)

- que los habitantes de esos núcleos portuarios eran cristianos (nada de paganos recalcitrantes que serían cristianizados en fechas tan tardías como el siglo VIII d. de C. y de manos de los refugiados hispanogodos que huían de los musulmanes)

- que estaban al corriente de lo que sucedía al otro lado de los Pirineos (muy alejados, por tanto, de la imagen de aislamiento que tanto éxito tuvo en la historiografía hasta hace unas décadas)

- que tenían nombres romanos y hablaban latín (poco más hay que decir aquí, salvo que un nombre como "Mauranus", con esa raíz "Maur-" puede ser un buen paralelo para otros posteriores, como el del rey asturiano "Mauregato", sin tener que recurrir a fantasiosas etimologías, como el famoso "maura capta" y demás sinsentidos)

- y que hacían sus transacciones comerciales con moneda (quizá ya poca, pero moneda al fin y al cabo)

En resumen: que la Cantabria del siglo VI, lejos de la imagen que nos han estado vendiendo hasta hace algunos años, no era un lugar aislado, cerrado al mundo exterior y habitado por unas gentes que vivían de forma parecida a como lo hacían sus antepasados en la Edad del Hierro; sino que, en realidad, era un territorio en el que se vivía y se pensaba de forma muy similar a como se hacía en cualquier otro lugar de la Europa occidental o del mundo mediterráneo. Y por eso decidimos bautizar así a nuestro proyecto, porque estábamos convencidos (y cada vez lo estamos más) de que Cantabria no fue un sitio al margen entre los siglos V y VIII d. de C., de que la Historia no pasó de largo por esta tierra, sino que fue un trozo más del mundo occidental (con todas las particularidades que se quiera) y que compartió muchas más cosas con sus territorios vecinos de lo que cree gran parte del público interesado por estos "siglos oscuros".

Y ahora que ya lo sabéis, tendremos que mataros...










20 comentarios:

  1. Me viene a la cabeza el Dux Francio de Cantabria (y que un día tienes que comentar algo del tema) que según Fredegario pagaba tributo a las francos merovingios y que viene en relación a lo que comentas del no aislamiento de cantabros y francos en aquella época. Creo que alguna tumba merovingia se ha encontrado recientemente por Euskadi y Navarra. Y se me acaba de ocurrir… ¿No estarían los visigodos pegándose de palos con los francos merovingios en vez de con los vascones?...Ahí lo dejo…

    Por otro lado por algún sitio leí… ¿Alguna posible relación con la Ermita de San Martín que se ve en la obra de Hoefnagel y que estaría cerca del actual Palacio de Festivales?

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    1. Pues la verdad es que me acabas de dar una idea para una futura entrada sobre relaciones entre Cantabria y el mundo merovingio, aunque centrado en la cultura material. No es que haya demasiadas cosas, pero alguna que otra sí que hay. Sobre el famoso pasaje del Pseudofredegario, como bien te comenta Neville, hay un trabajo muy crítico de Armando Besga (http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=47986) que deja por los suelos su valor como fuente documental.

      Las necrópolis de tipo norpirenaico de las que hablas han "salido" como setas por el País Vasco y navarra en los últimos años. Así de corrido: Aldaieta, Buzaga, San Pelayo, Finaga, Santimamiñe, Dulantzi, la Casa del Condestable (Pamplona)... Y la revisión de las de Sansol, Obietagaña (Pamplona), etc. Pero entre que sean como son y que tengan "merovingios" enterrados hay un trecho. Puede que haya habido presencia "franca" en un momento temprano (siglo VI), pero todo apunta a influencias culturales muy marcadas (y con una regionalización muy acusada, según avanzan los siglos). El tema es complejo de cojones, así que habrá que esperar a la tesis de Mikel Pozo, a que nos aclare un poco el panorama (metiendo presión, jejeje).

      Y en cuanto a que los territorios vascones fuesen el escenario de una guerra de baja intensidad entre francos y visigodos, el primero al que le he leído algo así ha sido A. Iriarte en un artículo sobre la necrópolis de San Pelayo (http://dspace.unav.es/dspace/handle/10171/8333), aunque creo (bueno, yo no lo creo en realidad) que sólo valdría para las campañas de Bladastes y Leovigildo (en las demás no se habla de Vasconia, sino de los Vascones)

      Ninguna relación entre el San Martín santanderino y Mauranus. La advocación está extendidísima por Cantabria y no tiene nada que ver con el supuesto viaje del supuesto mudo. Eso sí, es un buen argumento para una novela: de vuelta a casa, Maurano, ya curado, le pone una iglesia al santo mirando al mar. Me la apunto.

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    2. Te voy a tener que cobrar por idea....que de historia no se mucho...pero ideas tengo muchas.

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  2. Buena pregunta; reciéntemente se levantó una gran polvareda con el posible descubrimiento de una nueva ciudad romana en la zona vascona y ya van unas cuantas.........en este caso dicen haber descubierto Eturissa y aparecieron dos miliarios en muy buen estado de conservación.
    En Asturias a pesar de la propaganda romanista porque al igual que la desviación "celtista" que algunos denuncian está la desviación "romanista" no apareció hasta la fecha ninguna ciudad romana ni ningún miliario y lo único que encontraron fueron cuatro villas desperdigadas de ínfima categoría.
    Entonces alguien va a tener que explicar cómo en un territorio donde están instaladas Veleia,Pompaelo, Oiasso, Eturissa etc, etc, etc ; vias importantes de tránsito, puertos ......se mantuvo una lengua no latina en tanto en cuanto las lenguas prerromanas desaparecieron en Asturias y en Cantabria.
    No alcanzo a comprender porqué los cronistas toledanos iban a confundir a los merovingios con los vascones ni que interés podian tener en ello.
    El dux Francio de Cantabria no parece contar con argumentos sólidos como ha probado el sr Besga Marroquín interviniente en este foro en un sólido estudio.

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    1. Cosas romanas hay (como aquí). Piensa que también en el País Vasco había muy poco hace 30 años y mira ahora (con una arqueología de gestión a años luz de la de Asturias o Cantabria en cuanto a fondos e interés de las instituciones). Lo que toca es interpetarlas correctamente, procurando evitar sesgos en un sentido o en otro. Y seguir buscando (tampoco había campamentos de las guerras y ahora, cuando se buscan con criterio, salen como hongos).

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    2. Lo de la lengua no latina, si tirásemos de estadística es difícil comprender su existencia…pero el caso es que ahí está. Y repito si tirásemos de estadística (refiriéndome a aislamiento, distribución, expansión, etc.) solo una presencia tardía sería de mi agrado para explicar su existencia y quizás una muy tardía (alta edad media). Como dice Chan hay que esperar a la arqueología.

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  3. En relacion al nombre del rey asturiano Mauregato y toda la teoria sobre Mauris Captis, Mauregato-Maragato-beréberes de la tribu barawatta asentados cerca de Astorga y en otros puntos de la meseta norte o Maur-Got (Moro-Godo) en referencia al origen servil de la madre de tal rey bastardo de Alfonso I la cosa no está clara pudiendo ser un nombre de raiz germánica véase a Gatón conde del Bierzo o Mauregardo

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    1. A mí es que siempre me ha recordado mucho a nombres tardíos de origen romano, como Maurano, Mauronto o Maurocelo.

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    2. Quizás....la cosa no está clara pero me gustaria insistiendo sobre lo dicho apuntar lo siguiente:Onomástica germánica:Maurila, nombre de un obispo del III Concilio Toledano año 589. Así de Maurilanis viene el apellido Morlanes y de Maurilanem Morlán, en la Coruña por poner un ejemplo.

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    3. Podría ser de origen germánico, aunque Maurila también podría ser un compuesto (latino+germánico), que también los hay.

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  4. A mí me interesa muchu lo del dux francia. ¿Cómo se puede conseguir esi estudio? y de las guerras banderizas ¿sabe alguien si hay algo escrito?

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  5. El artículo de Besga sobre ese texto está en el nº 27 de Letras de Deusto (la revista está en la biblioteca del Interfacultativo de la Universidad de Cantabria). El texto es éste:

    [Hablando del rey Sisebuto]"Provinciam Cantabriam Gotthorum regno subegit, quam aliquando Franci possederant. Dux, Francio nomine, qui Cantabriam tempore Francorum subexerat, tributo Francorum regibus multo tempore impleverat. Sed cum a parte imperii fuerat Cantabria revocata, a Gotthis, ut supra legitur, praeoccupatur, et plures civitates ab imperio Romano Sisebodus in littore maris abstulit, et usque fundamentum destruxit."

    Sobre las guerras banderizas, la verdad es que me pillan muy lejos en el tiempo (aunque reconozco que es un tema que siempre me ha llamado mucho la atención). Hay alguna versión en red de las "Bienandanzas y Fortunas", que es la madre de todas las fuentes (casi directas) para el tema. Es durilla de leer, porque está en castellano del siglo XV, pero tiene su cosilla (yo he leído lo de Laredo y Colindres únicamente, más alguna otra cosilla suelta de Vizcaya y Cantabria)

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  6. Muchas gracias Chan. Vus pongu iquí un testillu q'alcontré sobri godus y covadonga. A ver qué si vus haci, y de pasu si vus animáis a hacer un artículu relacionáu con ellu...

    Paulu

    LOS VISIGODOS SÍ ESTUVIERON EN COVADONGA



    Con este provocativo título pretendo poner sobre la mesa ciertas cuestiones orilladas por la historiografía que durante decenios se ha ocupado inténsamente de los sucesos que originaron el nacimiento y consolidación del Reino de Asturias.
    Tales sucesos han sido objeto de numerosísimos estudios con posiciones encontradas que se han sucedido a lo largo de un dilatado tiempo y que lejos de amainar continúan en la actualidad incluso con teorías novedosas (Menéndez Bueyes, Fernández Conde).
    Las tesis indigenistas de Vigil y Barbero son mantenidas y renovadas por diferentes autores de los cuales Isla Frez es uno de los mas representativos y lo mismo sucede con las goticistas (Besga Marroquín, Arcadio del Castillo-Julia Montenegro,Brosnich).
    Entre ambas corrientes mayoritarias goticismo-indigenismo se haya la posición intermedia de Ruiz de la Peña Solar que podríamos llamar de consenso o ecléctica donde en las primeras etapas de la andadura del núcleo resistente asturiano admite una primacía de lo indígena que se va difuminando posteriormente con la gotización ideológica y cultural auspiciada por la monarquía y alimentada por los refugiados mozárabes del sur de la cordillera cantábrica.
    Para este autor Asturias y Cantabria estaban suficientemente romanizadas e incardinadas formalmente en las estructuras políticas del Reino Toledano; siguiendo con matizaciones la línea de Ruiz de la Peña Solar algunos investigadores como de Ayala Martínez y otros suponen que el sometimiento formal que no de hecho al Reino Toledano de los cántabros y astures explicaba la situación de no normalización respecto a las nuevas estructuras de poder creadas por los conquistadores musulmanes y su renuencia a ceder cotas de autonomia política. También desde diversas partes se ha apuntado la posibilidad de que la probada romanización de las élites locales dirigentes de Astures y Cántabros no afectara a todas las capas sociales de la población.
    De tal manera que la tesis de compromiso de Ruiz de la Peña confluye en ciertos puntos con la novedosa de (Menéndez Bueyes, Fdez Conde) que apuntan a la existencia de poderes locales como artífices de la inicial resistencia. Dichos poderes locales herederos de los del Bajo Imperio en Asturias y Cantabria y que sin duda tenían su origen en "la nobleza prerromana" de la cual se valió el Imperio para estabilizar la situación tras la guerra de conquista 29-19 A.C. habrían movilizado a los montañeses y tras una revuelta espontánea proclamarían a Pelayo como caudillo primus inter pares en un concilium o asamblea popular alejada por completo de las tradicionales entronizaciones de los monarcas godos." Qui per omnes Astores mandatum dirigens, in unum colecti sunt et sibi Pelagium principem elegerunt".

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  7. Sigui...

    Sin duda estas élites hispanorromanas tenían bajo control a amplias capas de población poco o nada romanizadas y cristianizadas lo cual explicaria la designación de Pelayo como defensor de los cristianos Y de los astures y en esta dicotomía inicial "Qui in principis sublimatus potentia uictorialiter dimicans hostes perculit, et christianorum Asturumque gentem uictor sublimando defendit. ..." se plasmaria la esencia del primitivo núcleo opositor al Islam.
    Hasta aqui una visión somera de tan debatida cuestión centrándonos en la postura conciliadora de Ruiz de la Peña Solar y la nueva corriente historiográfica de los poderes locales hispanorromanos con la cual enlaza como ya dijimos en ciertos puntos; pero antes de acabar este repaso es preciso mencionar a Brosnich y su revolucionaria teoría de la misa de campaña o hostibus con la que se adhiere a la corriente goticista.
    Para el profesor alemán Brosnich y basándose en fuentes litúrgicas aparte de las tradicionales historiográficas la concepción de la guerra del periodo visigodo es idéntica a la del asturiano y tal concepción bélica sería un modelo específico de guerra santa.
    El culto a la cruz y la unción sagrada de Alfonso II y posiblemente la de otros reyes asi como el propio relato de la batalla de Covadonga casi literalmente el texto litúrgico de una «Missa de hostibus» o misa de guerra avalarían tal posición.
    Llegados a este punto y tras haber visto las posiciones intermedias o profundamente enfrentadas que se mantienen hasta el dia de hoy con gran vigor sería necesario al menos desde mi punto de vista analizar ya que se ha analizado con tanto ahínco la realidad de las poblaciones englobadas bajo el epígrafe de cántabros y astures la de la población de los llamados visigodos o símplemente godos.
    Para empezar las gentes englobadas bajo la denominación de godos eran un conjunto de gentes heterogéneas incluso con provinciales romanos adheridos tras su largo periplo por los Balcanes-Italia-Galia e Hispania en torno a una nobleza minoritaria de origen germánico-escandinavo (Balthos,Amalos etc). No está probado en absoluto que los godos que no entraron como invasores en Hispania sino como foederati al servicio del moribundo Imperio Occidental se asentaran tras su debacle en Vouillé en la meseta norte. Mas bien parecen haberse asentado en grandes ejes en torno a las calzadas romanas (eje Zaragoza-Barcelona y Toledo-Mérida) al margen de las guarniciones que con su difícil consolidación extendieron por todo el territorio peninsular salvo probáblemente el norte cantábrico y muy especialmente en torno al recalcitrante reino suevo sometido tras el importante reinado de Leovigildo.
    El dominio godo en la península como incontestable y estable es puro mito y fantasía pues a su endémica tendencia a la disputa de la corona electiva con continuos enfrentamientos y magnicidios se daba una situación de precariedad manifestada en diversos sucesos bien conocidos.

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  8. sigui 2:

    Vamos a enumerar algunos importantes: La catastrófica derrota goda en Vouillé (507) a manos de los francos donde perdieron a su rey Alarico II y todo su enorme territorio transpirenaico salvo la septimania; solo la intervención ostrogoda llegada desde Italia impidió la destrucción total del ente político visigodo. La guerra civil entre Atanagildo y Ágila I (551-554) estuvo a punto de provocar nuevamente su hundimiento total propiciando la intervención del Imperio Romano Oriental o Bizantino que se adueñó de una amplia porción de territorio en el sureste peninsular. Se olvida frecuentemente que Atanagildo el vencedor de la contienda tuvo grandes dificultades en el sur no logrando dominar importantes ciudades como Córdoba.Al margen del reino Suevo que subsistió hasta bien entrado el siglo VI (586) con intromisiones como la que le costó su existencia durante la confrontación entre Leovigildo y su hijo Hermenegildo apoyado por la poderosa nobleza terrateniente hispanorromana de Andalucía, sabemos de la existencia de otros núcleos resistentes al poder godo como el de Oróspeda o la aún no localizada Saparia.


    La ya mencionada potente nobleza terrateniente hispanorromana de Andalucia habia aprovechado hasta el momento cualquier coyuntura para oponerse al dominio godo que tuvo grandes dificultades para asentarse definitivamente.
    Tras el escarmiento de Vouillé la amenaza franca siempre estuvo presente girando gran parte de la política exterior goda en acciones para neutralizarla; la existencia de un dux Francius al que Cantabria obedecía nominalmente añade muchos interrogantes a la influencia de los francos en Hispania y a su relación con el endémico enfrentamiento entre godos y vascones; estos últimos lejos de estar supuestamente a la defensiva como narran las triunfales crónicas toledanas parecen haber protagonizado potentes movimientos expansivos y en profundidad.
    En la época inmediatamente anterior a la invasión musulmana el reino godo de Toledo parecía encaminarse a un fraccionamiento territorial y todo ello enmarcado a su vez en la guerra civil que enfrentó a los descendientes del penúltimo rey Witiza, que controlaban el nordeste ibérico y la Septimania, con el probablemente ilegítimo rey Rodrigo que controlaba a su vez el suroeste y que habia sido aupado por una parte importante de la nobleza goda que deseaba mermar el poder de las clientelas y de los hijos de Witiza. Estos querían conservar obstinadamente su primacía política y económica alcanzada durante los dos últimos reinados (Égica-Witiza) y algunos historiadores como Harold Livermoore han apuntado a los fundos reales como la presa mas codiciada.Pensar que en estas condiciones de casi continua inestabilidad y vulnerabilidad el poder godo hubiera podido en una zona de tan difícil acceso como es Asturias y Cantabria imponer un dominio que fuera mas allá de lo puramente nominal, cuando además sabemos por las crónicas de los enfrentamientos con los pervassores cántabros, con los luggones (ruccones) y los astures incluso en época tan tardia como la de Wamba (680) es muy difícil por no decir casi imposible de digerir. Y para hacer tan difícil digestión ayudaría mucho aparte de tan sesudos como interesados estudios alguna que otra prueba arqueológica determinante. Pero hasta la fecha las únicas pruebas arqueológicas al respecto que han aparecido son las de las murallas defensivas del pico Homón y del Puerto de Mesa que apuntan justamente en la dirección contraria, cortando los accesos a Asturias desde la meseta y datadas mediante carbono 14 entre los años 650 y 710 D.C.

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  9. sigui 3:

    Sin duda alguna los godos estuvieron presentes en los sucesos bélicos en torno a Covadonga aunque no en el bando en el que algunos han pretendido situarlos.
    Tras la fulminante invasión musulmana que solo encontró resistencia reseñable en Mérida, el puñado de beréberes mayoritarios (seguramente aún cristianos) y árabes minoritarios con el auxilio godo de los contingentes witizanos se apoderaron de la península prácticamente sin oposición alguna y entre los principales caudillos witizanos estaba Oppas hijo de Witiza y al que algunos discuten su condición de obispo.
    Oppas (obispo o no) fue uno de los encargados de preservar los intereses dinástico-clientelares de la familia Witizana auxiliando a los invasores norteafricanos como en el célebre episodio donde acompañó a Muza a Toledo organizando entre ambos la ejecución de los partidarios rodriguistas que aún quedaban en la tomada capital goda.

    Los duques provinciales godos pactaron al estilo de Teodomiro, dominante en la Cartaghinense, para preservar su dominio en meticulosas capitulaciones establecidas con los invasores. Probablemente y una vez caidos en la cuenta del error de cálculo tan grande que habian cometido ( los Witizanos pretendian la ayuda musulmana para expulsar a Rodrigo del trono) intentarian una resistencia en las zonas donde tenian implantado su dominio de forma mas firme y que ya dijimos antes estaban en el nordeste peninsular y la septimania gótica; los reinados de Ágila II y Ardón y sus acuñaciones de monedas parecen confirmarlo pero su resistencia incluso en territorios transpirenaicos y en los propios Pirineos de fácil defensa fue tan endeble como la del Guadalete.
    Para el bando rodriguista con bases territoriales en el suroeste peninsular la muerte del monarca en el encuentro del Guadalete y el sistemático descabezamiento por parte de los invasores y de los witizanos de sus dirigentes junto a la rápida toma de la capital y el fulminante avance por toda la península debieron hacer prácticamente imposible la resistencia organizada que se centró en la importante ciudad de Mérida.
    Una vez perdida la esperanza de recobrar el trono los notables witizanos continuaron disfrutando de su posición de privilegio auxiliando a los musulmanes que intentaban estabilizar la situación de una conquista muy rápida y aún no digerida y que por las propias características de la expansión no se detenía en la península sino que continuaba con éxito hasta el centro de la actual Francia.
    Llegados a este punto debemos centrarnos en el territorio donde se produjo la primera rebelión triunfante contra el nuevo orden.
    No cabe duda que el caudillo Pelayo llamado por los musulmanes Balaya o Belay el rumí (el romano) era una persona notable entre los astures pues lo prueba el matrimonio forzado entre el gobernador musulmán Munuza con su hermana de la misma manera que la reina viuda de Rodrigo, Egilona, fue obligada a casarse con el hijo de Muza, Abd al Aziz ibn Muza.
    Los matrimonios entre los conquistadores norteafricanos con mujeres notables del país eran una herramienta política de primer orden para normalizar la situación y contra este matrimonio se levanta Pelayo por no querer someterse a dicho orden por el motivo que fuere.
    Los sucesos de su caudillaje, de su levantamiento, de la expedición musulmana para meterle en vereda y el desenlace son de sobra conocidos pero no lo es tanto el hecho de que acompañando a las tropas beréberes a las que se enfrentó , poco o nada conocedoras del país, estaba el famoso Don Oppas (obispo o no), hijo de Witiza y godo naturalmente y que posiblemente no iria el solo con los beréberes sino acompañado de fuerzas godas witizanas que serían mas numerosas que las propias y escasas norteafricanas por lo que no resultaria nada descabellado pensar que en la famosa batalla de Covadonga los astures se enfrentaron a tropas mayoritariamente godas que combatían bajo el estandarte de la media luna.

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  10. Por ciertu, igual estaría guapu tener algún tipu de foru pa cosas d'estas, ¿no? ¿qué si vus haci?

    Paulu

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    1. Lo del foro no lo veo: bastante cuesta llevar al día el blog como para moderar un foro. Yo ya dediqué muchos años a "forear" y acabé bastante cansado del tema, la verdad. En cuanto al texto, el autor (Neville) suele visitar el blog y opinar de vez en cuando en los comentarios (cosa que se agradece, por cierto). Yo discrepo con algunas de las cosas que se dicen en él y estoy de acuerdo con otras (podría decirse que yo soy de los "del medio", pero con algunos matices). Resumiéndolo mucho, yo creo que hubo "godos" en los dos bandos enfrentados en Covadonga. Ahora habría que empezar por definir qué era ser "godo" a principios del siglo VIII (o a finales del VII, tanto da). En un momento en el que arqueológicamente es indistinguible un señor de estirpe goda y nombre germánico de un campesino cántabro (y a cómo se vestían, armaban y enterraban en prácticamente toda la Península me remito) no sé si podríamos seguir dividiendo a la población en términos étnicos. En mi opinión, hay unas elites o aristocracias (encabezadas por la realeza, únicamente "goda" de origen y con un enorme peso del elemento gótico en todas sus ramas, aunque no solo: para esas alturas habría absorbido e integrado en el sistema a los "nobles" hispanorromanos entre los que habría que incluir a los señores locales de un montón de sitios) y esas son las que protagonizan los hechos que sacuden la Península a partir de 711 (aunque la cosa viniera de atrás): unos pactan, otros se resisten, otros cambian de bando según les va conveniendo, etc. Y en el origen de la rebelión astur yo veo a uno de esos señores locales o territoriales (del origen étnico que quieras buscarle, pero social y políticamente "visigodo", o hispanovisigodo si se quiere matizar) al que pronto se le suman otros.

      Para terminar, un pequeño apunte sobre la "colaboración" militar de los hispanogodos que pactaron con los invasores. Esa colaboración, al igual que parece lógico que se produjese en un principio, no debió de ser ni muy intensa ni durar mucho en el tiempo. Algunos autores sostienen, en mi opinión acertadamente, que el hecho de que en el pacto de capitulación de Teodomiro (el único conservado en su integridad) no se recoja la obligación de esa ayuda militar es un sólido indicio a favor de esa inexistencia o poca importancia. Y es que, también según esos autores, la forma de ir y hacer la guerra en el Reino de Toledo no tenía nada que ver con la de los árabes, basada en un sistema tribal (al contrario que la de los bereberes, mucho más parecida a la suya, lo que explicaría por qué se convirtieron en su principal fuerza de choque de cara al asalto a la Península).

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  11. ¿Y isti testu qué si vus haci?

    "...El único resto del arte románico que pervive en esta zona, la más septentrional de Campoo, es la iglesia de Santa María la Mayor de Villacantid, y también era de fábrica románica del siglo XII la iglesia de San Felix de Fontibre.
    Es importante destacar la llamada cerámica de la repoblación encontrada en los diversos lugares de Campoo y, por lo que respecta a esta zona, en Suano, Barrio de Suso y Mazandrero, que testimonian una presencia humana estable en la época alto medieval y a estas menciones cabe unir los descubrimientos de necrópolis en Entrambasaguas junto a la ermita e iglesia dedicada a Santa María, La Miña y, sobretodo, en Espinilla, en cuyas estelas aparecen nombres como el de "Lopine" que pone de manifiesto la pervivencia de nombres indígenas prerromanos."

    Estraíu de l'artículu "¿A que llamamos Campoo? Reflexiones sobre el paso de "territorio" a realidad jurídico administrativa en la Edad Media", de Javier Ortiz Real. Sacáu de Lus Cuadernus de Campoo creu qué.

    Paulu

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  12. Es un análisis muy superficial (y, por tanto, muy incompleto) de la arqueología altomedieval de esa zona de Campoo. En cuanto a las estelas de la necrópolis de Espinilla y a la antroponimia que aparece en ellas, nada que ver ni con indígenas ni con paganos. Tienen paralelos prácticamente idénticos en Burgos (y no precisamente al norte de la provincia) y los nombres que se leen en ellas son, en todos los casos, de origen latino, cristiano o germánico. En cuanto a "Lopine", es una de las formas de "Lupinus/a" (sería "a Lopina", en dativo), un nombre latino relativamente común en la Alta Edad Media

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