20 mar 2013

Testimonios de época visigoda en Cantabria (3)

Hace ya un tiempo dedicamos una entrada al broche liriforme que hizo suponer a J. Carballo, durante sus excavaciones de 1940 en Retortillo/Iuliobriga, que había encontrado un cementerio relacionado con las invasiones bárbaras. Sin embargo, no fue ese objeto el que le resulto más elocuente, sino otro. Nos referimos a la conocida como estela de Teudesinde (TEVDE/S(i)ND(a)E).

Estela de Teudesinde (Hernández Morales, 1947)
Según el diario de las excavaciones de 1940 que se conserva en el archivo del MUPAC, "en la sepultura nº 21, encima, sale una estela que mide 60 cm por 35; tiene una leyenda "TEVDE", que no termina por estar algo rota la piedra, y siguen las letras al lado izquierdo, en forma ilegible por estar muy erosionado". Al año siguiente, cuando J. Carballo publica un resumen de la campaña en Metalurgia y Electricidad nº 43 y describe la necrópolis que se dispone sobre las ruinas romanas, se refiere a la estela como "el único indicio que tenemos para suponer que (las sepulturas) pertenecían a individuos bárbaros del Norte", aunque duda en identificarlos como suevos o visigodos. Será T. Maza Solano quien se incline finalmente por esta segunda opción en su artículo de 1957 "Manifestaciones de la economía montañesa desde el siglo IV al XVIII", estimando que se trata de una inscripción "con nombre y caracteres visigodos" del siglo VII y de tipo hispano-visigodo, según la terminología de la época. Sin embargo, en 1985 E. Van den Eynde niega la relación de esta estela y de la necrópolis de Retortillo con el mundo visigodo y estudios más recientes como el de C. Martín Gutiérrez plantean una cronología amplia para la pieza, desde el siglo VII al siglo IX.

Contamos con un paralelo del antropónimo en una inscripción funeraria del siglo VII procedente de Cárchel (Jaén) que comienza: [HI]C EST SEPULCR(u)S (sic) TEV/DESIND(a)E, o, lo que es lo mismo "Este es el sepulcro de Teudesinda". La inscripción continua con una fórmula para amedrentar a los profanadores de tumbas con la siguiente amenaza: "si alguien lo remueve, marche con el traidor Judas y el fuego". Esta fórmula es interesante para datar la inscripción, ya que según S. Perea Yébenes está inspirada directamente en la Lex Visigothorum. Desde el punto de vista epigráfico, ambas inscripciones coinciden en el uso de la S invertida.

Inscripción funeraria de Cárchel (Museo de Jaén). Foto Ceres-MECD.
Calco de la inscripción, con el antropónimo Teudesinda resaltado (Sotomayor, 1979)
Sea o no una estela "visigoda", sí sabemos que la necrópolis de Retortillo estuvo en uso al menos desde el siglo VII y tiene una fase de época visigoda, como ya defendimos hace tiempo.

6 comentarios:

  1. Vistos años después, resultan realmente curiosos los esfuerzos de algunos investigadores por descartar todo lo que pudiese relacionarse con "lo visigodo" en el registro arqueológico cántabro. El caso de la necrópolis de Sta. Mª de Retortillo es muy clarificador: una placa liriforme, unos sarcófagos molones, una estela con un nombre germánico... Nada: todo era altomedieval y punto (y ahí me acuerdo de la guía de El Conventón, hace años, cuando nos decía a Amaya y a mí, hablando de esa otra necrópolis, "y entonces se fueron los visigodos y llegaron los medievales"). Creo que en ese "negacionismo" obsesivo se conjugaban, al menos, dos factores: por un lado, el considerar a "los visigodos" en términos étnicos (si no raciales) y no la "época visigoda" como un período con sus características propias desde el punto de vista de la cultura material; y por otro, la convicción "indigenista" de que aquí arriba esa "gente" no llegó y, si lo hizo, fue en muy pequeño número y siempre después de 711. Lamentablemente, y aunque aún mantengo la esperanza de que todo lo que estamos descubriendo y contando (aquí y en publicaciones serias) en los últimos años sirva para que la cosa cambie, me temo que esa visión de los "siglos oscuros" en Cantabria sigue siendo la mayoritaria a nivel popular (o al menos al nivel de la mayor parte de la poca gente que no es del gremio y tiene algún interés por estos asuntos).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, la definición adecuada es "negacionismo obsesivo", basado en una serie de ideas preconcebidas que obligaban a elaborar ideas bastante complejas para explicar determinadas evidencias. Para algunos de los investigadores que lo fomentaron y lo practicaron, "los visigodos" eran los rudos guerreros protagonistas de las "invasiones bárbaras". Como me dijo una vez M. A. García Guinea, ¡cómo van a ser necrópolis visigodas! ¡hay mujeres y niños! Parce que esperaban encontrar el cementerio de Arlington o algo así, un sitio en el que sólo hubiese varones adultos vigorosos.

      Sobre lo de cambiar la imagen de esos "siglos oscuros", no me cabe ninguna duda de que nuestra obligación es intentarlo. Quizá no lo consigamos, o sólo lleguemos a los ámbitos especializados y no al gran público, pero no podemos abandonar nuestra tarea. Y cuantos menos frutos observemos, más tendremos que seguir esforzándonos. ¡Qué profundo ha calado la idea del "Renacimiento Cántabro", de la recuperación de la independencia y de la resistencia frente al godo invasor que se ha dibujado para el final de la Antigüedad en Cantabria! En la eterna disputa entre "cola de león" y "cabeza de ratón", en Cantabria siempre lo tenemos claro...

      Eliminar
  2. Yo continuaría con los esfuerzos por desmontar esas teorias pretenciosas que desde el neoindigenismo de los años 80 no hacen más que resaltar barbarie y primitivismo para estas tierras solo por emperrarse en una postura contraria a la dominante hasta entonces como era la de Sánchez Albornoz.
    Es hora de salir de ese maldito círculo vicioso, fijarnos más en lo que se hace Europa y en definitiva que haya más propuestas como la de este blog.

    Como arqueólogo altomedievalista no tengo más que daros la razón, pues al leer a muchos de los autores que escribían en los 80 o 90 como Van den Eynde o García Guínea, vistos ahora, se les ve el plumero muy claramente. Todo lo que podía tener posibles indicios de época visigoda, era colocado en la artificiosa época de "Repoblación", sólo porque sí, porque realmente no había indicios arqueológicos, estratigráficos que lo avalaran. Sólo tópicos, tópicos y tópicos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Completamente de acuerdo, en líneas generales. El peso de la tradición historiográfica no encontró nunca respuesta y los discursos que ponen el acento sobre la singularidad de un territorio siempre tienen más aceptación social...

      Aprovecho para recordar que el blog está abierto a colaboraciones, estaremos encantados de ampliar perspectivas y multiplicar puntos de vista ¿te animas? Todo el que quiera echar una mano, que me escriba un correo.

      Eliminar
  3. ....."si alguien lo remueve, marche con el traidor Judas y el fuego"....Fascinante amenaza. !!A cuantos habría que enviar con el traidor Judas!!


    ResponderEliminar
  4. Hay un artículo de Perea Yébenes que trata de ese tipo de fórmulas con mención a Judas en los epitafios de época visigoda:

    http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&frm=1&source=web&cd=3&ved=0CEMQFjAC&url=http%3A%2F%2Frevistas.um.es%2Fmyrtia%2Farticle%2Fdownload%2F70551%2F68021&ei=3Z5NUcmCAeek0QXh34CQDw&usg=AFQjCNGYuMlyGTMG4Qv_HfzD7GiAKYMqBg&sig2=PYn78gRjo25cnWc4SpDO1g

    ResponderEliminar