La última placa de cinturón liriforme (un fragmento, en realidad) que ha venido a sumarse a la ya extensa colección de objetos de ese tipo presentes en el registro arqueológico cántabro es la de Santa Marina (Valdeolea). Fue hallada por R. Bolado del Castillo en 2009, durante los trabajos de prospección y sondeos dirigidos por P. A. Fernández Vega en ese magnífico yacimiento del sur de Cantabria, y publicada en la revista Kobie en el año 2010, en un artículo firmado por esos dos autores y quien escribe estas líneas. Se trata de un hallazgo fuera de contexto, aunque en un lugar que presenta una larga e intensa secuencia de ocupación: Edad del Hierro, época romana, Edad Media y Guerra Civil Española. Además, en su entorno inmediato se localiza un importante yacimiento de época tardoantigua-altomedieval: la necrópolis de El Conventón (Rebolledo), en uso ininterrumpido al menos entre los siglos VI y XI d. de C. y que, sin duda, es el "reflejo" funerario de una aldea situada no muy lejos de ella y que aún no ha sido localizada.
Imagen: Fernández Vega, Bolado y Hierro, 2010
Se trata del extremo proximal de una placa de cinturón de bronce de época visigoda (algo menos de la mitad de la pieza completa), realizada a molde y terminada de decorar con buril y troquel, que conserva en el reverso dos de los apéndices de sujeción al cinturón (para una descripción más completa, remito al artículo ya citado y enlazado más arriba). Con toda seguridad la placa se rompió cuando aún estaba en uso, ya que fue toscamente reparada, mediante cuatro roblones de hierro que la atraviesan, para seguir siendo utilizada como guarnición de cinturón. Este hecho nos permitió proponer una cronología del siglo VIII d. de C. avanzado para su último uso, unas fechas en las que sería ya difícil acceder a nuevos broches de este tipo (que se fechan entre la segunda mitad del siglo VII y todo el VIII d. de C.), por lo que su portador habría tenido que recurrir a un apaño tan cutre para seguir usándolo.
En cuanto a sus paralelos, en el artículo señalamos tres muy claros y que permiten hablar de un "subtipo" muy bien definido dentro del conjunto de las placas liriformes. Proceden de San Julián de Moraime (Muxía, A Coruña) (nº 2 en la imagen inferior), Tudején-Sanchoabarca (Fitero, Navarra) (nº 3) y Calatayud (Zaragoza) (nº 4). Finalmente, la localización en el tercio norte de la Península de todos ellos, así como su ausencia en los extensos repertorios de guarniciones de cinturón de época visigoda procedentes de la Bética, hicieron que hipotetizásemos acerca de la posible existencia de un taller de origen localizado en el centro o norte peninsular (propuesta condicionada, obviamente, por la escasez de muestras y pendiente de verificación a la luz de nuevos hallazgos).
Imagen: Fernández Vega, Bolado y Hierro, 2010
Todo eso por lo que respecta al artículo. Sin embargo, el tema no está cerrado, ya que desde entonces hasta hoy he tenido noticias de algunos otros ejemplares de placas muy similares a las que acabamos de ver y aprovecharé esta entrada para aumentar el catálogo.
En primer lugar hay que mencionar una pieza procedente de las excavaciones en la antigua Ruscino (Perpignan, Rosellón), en el sureste de Francia, un yacimiento con importantes niveles de época romana y visigoda.
A la que habría que sumar otras dos de procedencia peninsular y que aparecen recogidas en la Tesis Doctoral de G. Ripoll. Una habría sido hallada en Navarra, en el "Castillo de Inirlegui" (sic), mientras que la otra vendría de un lugar indeterminado de la provincia de Granada. En cuanto al origen de la primera, no he sido capaz de encontrar en Navarra ningún lugar llamado "Inirlegui" o "Inirlegi", por lo que sospecho que nos encontramos ante un error en la escritura del topónimo, achacable a H. Zeiss, que es quien recoge el dato y de quien lo toma G. Ripoll. Y se me ocurre que, quizá, el lugar que se esconde bajo ese nombre es el del Castillo de Irulegi (Aranguren), un importante yacimiento arqueológico con al menos una importante fase de ocupación en la Edad del Hierro y otra en época pleno y bajomedieval y en el que se han realizado excavaciones recientes (cuyos responsables, por cierto, no descartan que hubiese estado ocupado también en la Tardoantigüedad y la Alta Edad Media. Puede encontrarse un avance de sus trabajos en la página 203 de este interesante libro).
Placas de Navarra (¿Castillo de Irulegi?) y Granada, sgún Ripoll, 1985
El mapa con las localizaciones de todas estas piezas nos ofrece una imagen que cuadra bastante bien con la que ya habíamos propuesto en el artículo: una distribución mayoritariamente septentrional para este tipo de placas, con cinco ejemplares en el tercio norte peninsular y otro en el sureste de Francia, y sólo uno en Andalucía oriental.
Mapa de distribución de las placas liriformes del mismo subtipo que las de Santa Marina, incluyendo esta última: 1 Santa Marina, 2 San Julián de Moraime, 3 Tudején-Sanchoabarca, 4 Calatayud, 5 Ruscino, 6 ¿Castillo de Irulegi? y 7 Provincia de Granada
Finalmente, hay que señalar la existencia de otro fragmento de una placa similar en la colección de materiales hispanovisigodos del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, estudiado (junto a otros objetos de la misma procedencia) por G. Ripoll en un artículo que puede leerse aquí. En él, esta autora relaciona la pieza con la del "Castillo de Inirlegui" y propone para ambas una cronología del siglo VII avanzado e incluso ya del VIII d. de C.
Placa del MET. Imagen tomada de RIPOLL LÓPEZ, G. (2000)
En conclusión, podemos decir que la placa de cinturón liriforme de Santa Marina es una pieza de adorno personal con abundantes paralelos en otras zonas de la península Ibérica, dentro siempre del mundo cultural hispanovisigodo. Sus paralelos son tan exactos y su morfología tan particular que puede afirmarse que este tipo de placas constituyen un subgrupo con características propias dentro del de las liriformes (¿podríamos, echándole cierto morro al asunto y barriendo para casa, llamarle "Tipo Santa Marina"? ¿O sería más correcto hablar de un "Tipo Moraime"?). Y en relación con esas particularidades podrían mencionarse también tanto su cronología avanzada, probablemente ya del siglo VIII d. de C., como su localización septentrional, hecho éste que podría indicar una procedencia de uno o varios talleres situados en el centro-norte peninsular. Y digo varios porque algunas piezas son claramente copias tardías, mucho más simples y esquematizadas, de otras de más calidad y con decoraciones mucho más cuidadas. Las de Ruscino o Tudején-Sanchoabarca serían buenos ejemplos de las primeras, mientras que la de San Julián de Moraime parece el ejemplar mejor acabado de toda la serie.
Y para terminar, una curiosidad: varias de las placas aparecen rotas hacia la mitad de su longitud original y sabemos por la de Santa Marina que al menos algunas de esas roturas no son producto del paso de los siglos y de ignotos procesos postdeposicionales, sino que tuvieron lugar "en vida" de los broches. ¿Estaremos pues ante un raro ejemplo altomedieval de un "fallo de diseño"? Yo diría que sí.
Y yo que me creía que el fenómeno de la obsolescencia programada de productos era propia de la sociedad industrial avanzada.
ResponderEliminarAl contrario, hay infinidad de ejemplos de reparaciones y reutilizaciones de elementos tecnológicos de esta época y de otras pretéritas, además de evidencias de empleo de un mismo útil durante décadas. Eso ocurría porque el metal era caro; y eso también hacía que el bronce fuera reutilizado, y que alguien deseara fundir una placa de hebilla vieja para hacer cualquier otra cosa.
ResponderEliminarPor otra parte, los fallos de fundición son frecuentes, incluso con la tecnología moderna. Es habitual que se formen burbujas de aire en el molde. En esos casos, lo que se suele hacer es trocear la pieza para fundirla de nuevo.
Es una pena que no dispongamos de información sobre el número de apéndices de fijación al cinturón y la posición de los mismos para todos los casos, pero podría tener que ver con la rotura/no rotura de las placas. Hay que tener en cuenta también que son algo más largas en relación a su anchura que otros modelos.
ResponderEliminarYo creo que va por donde dice Enrique y quizá esas que se rompieron sean las que sólo tienen 2 pares de apéndices (les faltarían los del centro, que es por donde parten). Todo ello sumado a su propia forma larga y estrecha, claro está.
ResponderEliminarYa sé que no es sitio pa preguntar, pero no se me ocurre dónde. Estoy echando una ojeada a la serie esa de vikingos. ¿La habéis visto alguno? ¿qué os parece desde el punto de vista histórico, ambientación, recreación de la cultura vikinga, ropajes, armas, etc.?
ResponderEliminarPaulu
Pues yo es que no la he visto, pero aquí, en el foro del Clan del Cuervo, controlan del tema y sí que la siguen y comentan:
ResponderEliminarhttp://foro.clandelcuervo.com/viewtopic.php?t=2274
Gracias
ResponderEliminarPaulu
Hola, rebuscando en internet he encontrado el enlace al hallazgo de "La cueva de Los perros", en Mortera. En este enlace lo mencionan brevemente: http://www.artic.ua.es/biblioteca/u85/documentos/1732.pdf
ResponderEliminar¿Sabeis si se ha publicado algo acerca de este yacimiento? Me recuerda a lo que teneis entre manos en Riocueva, y la 2ª placa de conturón empezando por la derecha de la foto se parece mucho a la tipología que habeis descrito.
Me imagino que entre bodas y tesis doctoral no tendreis mucho tiempo, pero si podeis contar algo....
Hola, Ángel. De la cueva de Las Penas (Los Perros fue su primer nombre científico, aunque quedó pronto eclipsado por el que parece que era el correcto) hay bastante cosas publicadas. Te las enlazo a continuación.
ResponderEliminar- El artículo en el que se presentan los materiales y se hacen unas primeras interpretaciones:
http://www.academia.edu/981960/Broches_de_cinturon_visigodos_y_otros_materiales_tardoantiguos_de_la_cueva_de_Las_Penas_Mortera_Pielagos_
- Un trabajo en el que se reinterpretan (junto con otros de otros yacimientos) algunos de los materiales de Las Penas y se identifican como instrumentos textiles:
http://www.academia.edu/962238/Instrumentos_relacionados_con_la_actividad_textil_de_epoca_tardoantigua_y_altomedieval_en_Cantabria
- La versión publicada de mi "tesina" de Máster, donde propongo una nueva interpretación del yacimiento sepulcral de Las Penas (junto a otros del mismo estilo) y me meto bastante a fondo con él
http://www.academia.edu/1186334/La_utilizacion_sepulcral_de_las_cuevas_en_epoca_visigoda_los_casos_de_Las_Penas_La_Garma_y_El_Portillo_del_Arenal_Cantabria_
- Un póster que llevamos a un congreso junto con Pablo Arias e Inés López y en el que, también entre otras cosas, se publica por primera vez el estudio de los restos de cereal hallados en Las Penas
http://www.academia.edu/2251479/El_consumo_de_cereales_en_la_Cantabria_altomedieval_siglos_VII-VIII_d._C._haciendo_hablar_a_los_muertos
- Y el último trabajo que hemos publicado sobre las cuevas cántabras en la Alta Edad Media, una síntesis en la que también hablamos de Las Penas y de los materiales recuperados allí
http://www.academia.edu/2253002/El_uso_de_las_cuevas_naturales_en_Cantabria_durante_la_Antiguedad_Tardia_y_los_inicios_de_la_Edad_Media_siglos_V-X_d._de_C._
En el blog también hemos tocado el yacimiento (o los materiales) de Las Penas en alguna que otra ocasión: al hablar de instrumentos textiles (fusayolas y ganchos de huso), de la quema de grano o los cráneos aplastados, de hachas...
Y en cuanto a lo que comentas acerca del parecido entre la tercera placa de la foto y las de "Tipo Moraime" (me quedo de momento, aquí entre nosotros, con ese nombre), algo ya se dijo en alguno de los artículos que te he enlazado, aunque ahora mismo no recuerdo en cual.
La cueva de Las Penas es un yacimiento excepcional y, como muy bien apuntas, con muchas cosas en común con Riocueva. Nosotros seguimos estudiando algunos de sus materiales y ya te adelanto que están dando resultados sorprendentes y de una importancia capital para conocer los modos de vida (y de muerte) de los cántabros del siglo VIII d. de C. Para que esas cosas asomen por el blog aún falta un montón de tiempo (habrá que terminar los estudios y publicarlos antes), pero ya te adelanto que sí hay previstas algunas entradas sobre materiales de ese yacimiento. Sin ir más lejos, un estudio del broche damasquinado, en la línea del que ya hice sobre el de La Garma y que espero colgar antes de que termine el verano.
Muchas gracias Jose Ángel por los enlaces, aunque reconozco que aún no he podido revisarlos todos. Me ha parecido muy interesante la tesis de que el origen de estos enterramientos puede ser el azote de una epidemia. El perfil de edad de los fallecidos recuerda mucho al de las últimas oleadas de la gripe H1N1, que afectaba a grupos nacidos con posterioridad al inicio de los años 70 (no inmunizados por los anteriores brotes), y particularmente a embarazadas. Sin embargo no hay reconocidas pandemias de gripe con tanta antiguedad, mientras que parece que la peste bubónica sí que estuvo brotando de forma repetida desde el siglo Vi al VIII.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por tenernos tan al día con Riocueva