Cuando escribía la entrada sobre las "muelas mágicas", al hablar de los fragmentos de molinos rotatorios presentes en la cueva de Las Penas, un recuerdo incompleto me asaltaba: había más en alguna otra cueva similar, pero no conseguía recordar en cuál. Lo cierto es que pensé en Cueva Foradada (Sarsa de Surta, Huesca), tan parecida en casi todo a Las Penas, pero revisé la publicación y no encontré ninguna mención a fragmentos de molino; ni en la "cámara sepulcral" ni formando parte del muro que la sellaba. Así que creí que estaba mezclando cosas y me olvidé del asunto.
Sin embargo, la semana pasada encontré la cueva en cuestión. Estaba repasando algunas publicaciones, en uno de esos ratos en los que me planteo si merece la pena seguir investigando estas cosas o es mejor olvidarse y centrarse en otras ocupaciones más mundanas (trabajo, niña, etc.), cuando di con ella. Estaba relativamente cerca y es uno de los grandes clásicos del género: la cueva de Los Hornucos, en Suano (Campoo de Suso, Cantabria).
Boca de la cueva de Los Hornucos (Suano)
Descubierta y excavada por Carballo en los años 30 del siglo XX, proporcionó numerosos materiales de época visigoda (también prehistóricos, tardorromanos y medievales, aunque en menor medida), muchos de ellos desaparecidos desde hace décadas. La cueva merece una entrada monográfica, así que no me extenderé demasiado ahora. Únicamente hay que señalar que su descubridor interpretó los materiales hispanovisigodos de la sala más exterior como evidencias de su uso habitacional por parte de poblaciones refugiadas en la zona tras la invasión árabo-bereber de 711, y los restos humanos diseminados por todo el interior como enterramientos prehistóricos. Esa interpretación ha sido la que ha perdurado hasta hace muy pocos años, cuando P. A. Fernández Vega (2006) planteó la posibilidad de que esos muertos (o al menos una parte) estuviesen relacionados con los objetos altomedievales. Yo, que hasta entonces seguía a Carballo, soy ahora partidario de la tesis de Fernández Vega; mucho más después de haber visitado la cavidad y comprobado que es del todo inhabitable. Y de haber releído al ilustre arqueólogo gallego y "redescubierto" aspectos que en su momento pasé por alto o no supe interpretar.
J. Carballo dirigiendo los trabajos en la primera sala de la cueva en 1935
El que interesa a esta entrada es la existencia de un muro que cerraba la entrada (¿de qué me suena?), construido con grandes piedras de la zona. Entre éstas, formando parte de la estructura (que dejaba pasar el río que nace bajo la boca), se localizó un fragmento de molino de mano circular; concretamente, casi la mitad de una solera o meta.
Imagen del diario manuscrito de J. Carballo en el que se recoge el hallazgo de la pieza, que se dibuja a un lado
Puede que se trate sólo de una casualidad, pero un fragmento de muela en un muro que sellaba la entrada a una cueva con restos de época visigoda hace que inmediatamente venga a mi cabeza el caso de Las Penas. De ser correcta la interpretación que planteé para los restos de molinos de esa cavidad, tendríamos un nuevo argumento para sostener el posible uso sepulcral de Los Hornucos: la existencia de medidas "necrofóbicas" (muro de cierre y presencia en él de objetos "protectores") serían la prueba de la presencia de muertos en el interior. Si eso es así y algunos de los enterramientos de las zonas profundas de la cueva tienen relación con los materiales presentes en la primera sala, nos encontraremos ante una nueva modalidad de cueva con uso sepulcral en época visigoda. En este caso, no se introduce en la cueva a los muertos presuntamente "problemáticos" y se les deposita allí junto con sus cosas, sino que se llevan primero los cadáveres a una zona interior, se meten después los que podrían ser sus objetos de uso cotidiano, que se dejan en la entrada; y, finalmente, se sella la boca, tanto física como "mágicamente".
Es una hipótesis sugerente, que habría que contrastar con una intervención arqueológica de cierto calado, pero que podría verse reforzada por otro de esos detalles que cuenta Carballo que encontró en Los Hornucos y que no he sabido descifrar hasta hace muy poco. Pero de eso hablaré en el próximo The (Medieval) Walking Dead.
BIBLIOGRAFÍA:
BIBLIOGRAFÍA:
CARBALLO, J. 1935 La caverna de Suano
(Reinosa), Altamira 3, Santander, pp.233-252.
FERNÁNDEZ VEGA, P. A. 2006 De `Los Cántabros´ al
final de Cantabria: arqueología en siglos oscuros, en FERNÁNDEZ VEGA, P.
(Coord.): Apocalipsis. El ciclo histórico
de Beato de Liébana, Catálogo de la Exposición , Santander, pp. 71-89
BARANDIARÁN, I. 1973 Restos visigodos en la
cueva Foradada (Sarsa de Surta, Huesca), Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, IX,
Zaragoza.
SERNA GANCEDO, M. L., VALLE GÓMEZ, A. y
HIERRO GÁRATE, J. A. 2005 Broches de cinturón hispanovisigodos y otros materiales tardoantiguos de
la cueva de Las Penas (Mortera,
Piélagos), Sautuola XI, Santander, p.
247-277.